Estilo Mediterráneo: donde sencillez y calma van de la mano
El estilo mediterráneo en el diseño de interiores se caracteriza por la estética sencilla, elegante y romántica de los países del sur de Europa, que refleja el estilo de vida de la región mediterránea a través de tonos claros, frescos y cálidos.
Dentro del diseño mediterráneo, se diferencian tres estilos muy característicos a modo de referencia:
Estilo Mediterráneo Griego:
Este estilo se caracteriza por un predominio de los colores blancos y azules. Las paredes presentan estuco blanco y su arquitectura cuenta con altos arcos y columnas al estilo griego. A pesar de que en las texturas son muy utilizados los motivos griegos, los muebles son muy modernos.
Estilo Mediterráneo Italiano:
Este estilo es casual y despreocupado donde predominan los colores de tonos tierra (naranja, amarillo y rojo) junto con la presencia de la madera oscura o piedra rústica.
Estilo Mediterráneo Español:
En el diseño español es muy típico utilizar muebles marroquíes, colores vivos en cada rincón y murales de mosaicos que también suelen estar incluidos en los accesorios (lámparas, cerámica y jarrones) y en los objetos (espejos y tableros).
Como era de esperar, cada país de esta región está influenciado por su cultura en cuanto al uso de colores, texturas y materiales, sin embargo todos se mantienen fieles a la incorporación del exterior, muebles rústicos, pisos de baldosas y texturas en las paredes. Todo ello se traduce en un diseño que transmite calma y comodidad y que sin duda nos arropa en la esencia de esta región de aguas turquesas y días soleados.
Rasgos distintivos de la decoración Mediterránea
La decoración de estilo Mediterráneo es sinónimo de luz. Es por ello por lo que, una de las principales características que hay que tener en cuenta en este estilo es la importancia de la presencia de la luz natural. Sin duda la luminosidad es la principal protagonista con la cual se buscará integrar la naturaleza en cada uno de los rincones del hogar.
El ambiente ha de tener un aspecto fresco, por lo que es necesario utilizar los colores de manera que el conjunto de elementos establezca una armonía adecuada entre los tonos y la luz.
En este diseño los colores generalmente utilizados se corresponden al blanco y a los tonos pasteles. Para la selección de dichos colores se suele buscar inspiración en la esencia mediterránea, contando así sobre todo con los tonos azules y turquesas del mar y los colores cálidos de la arena de la costa y del sol, añadiendo siempre frescor en el ambiente con el tono verde oliva. Con estas combinaciones se lograrán espacios naturales y muy acogedores.
La decoración no debe ser recargada en elementos ni accesorios. Siempre se debe contar con una cantidad de muebles mínima y necesaria. La funcionalidad de los objetos es clave, de lo contrario existe el riesgo de sobrecargar el ambiente con detalles innecesarios. Además, es de gran importancia que dicha decoración respete los tonos naturales y los materiales sean exclusivamente naturales.
Para los suelos es buena opción apostar por pavimentos de estética natural y rústicos, generalmente de tonos color tierra. Materiales como la cerámica en baldosas, la madera laminada o las tablas de madera blanca siempre son una excelente elección.
Los altos techos de este estilo en particular están formados por grandes vigas de madera maciza que no pasan desapercibidas. Los tonos normalmente utilizados son el beige o arena.
Los patios son espacios bastantes valorados en el estilo mediterráneo, los cuales se suelen ambientar con vegetación variada que cuenta con plantas aromáticas (romero, lavanda, orégano y jazmín), pequeñas fuentes de agua y siempre respetando la misma esencia decorativa que en la parte interior de la vivienda. Generalmente presentan un techo, a menudo de tejas rojas, así como ladrillos o estuco de color blanco.
El diseño del estilo mediterráneo es más completo si se incluyen elementos como los mosaicos o los azulejos, muy característicos del estilo mediterráneo español. Siempre es una buena opción emplearlos tanto en la decoración interior como en la decoración exterior.
El hierro forjado se convierte en el elemento imprescindible, el cual da un toque ideal si se combina con madera y con paredes blancas. Es sin duda una gran alternativa para utilizar en el mobiliario y en los objetos decorativos.
Las paredes, tanto interiores como exteriores, se caracterizan por presentar alguna textura acompañada de un color preferiblemente claro para potenciar la luz natural, pues el empapelado y el revestimiento no es lo típico en este estilo. Entre todas las técnicas destaca el estuco especialmente.
A la decoración textil se suelen agregar diferentes estampados en los manteles, alfombras o cortinas. Los tejidos más utilizados en la decoración mediterránea son textiles orgánicos de carácter natural, siendo los más utilizados el algodón y el lino. Es preferible que las telas sean simples, frescas y aireadas para aumentar así un contraste con la rudeza de los muebles naturales.
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